¿Cuándo seguir y cuándo parar en un negocio?

Febrero 07, 2024

Tengo a una amiga emprendedora que quedó atrapada en la trampa del compromiso: empezó su negocio de catering con mucha ilusión y trabajo. Llegó un momento en que los números no le daban, pero ella siguió y siguió y siguió hasta quedarse en cuatro tablas…

Me prometí entonces advertir sobre ese momento en que sigues invirtiendo tiempo, dinero y energía en tu negocio, aunque todo apunta a que no va a funcionar. Así que alerta a las siguientes recomendaciones:

Reconociendo la trampa: ¿estoy en un negocio inviable?

1. Una pregunta necesaria
Pregúntate con sinceridad: ¿mi negocio realmente tiene futuro o estoy aferrándome a una idea que no funciona? A veces, nos cuesta aceptar que lo que empezó como un sueño, ahora es más bien una pesadilla.

Para reconocer si estás en esta situación, habla con clientes, analiza tus ventas y escucha los consejos de personas de confianza. Si todos los signos dicen "pare", tal vez sea hora de hacer justamente eso.

2. La trampa del dinero y tiempo invertido
Aquí entra la trampa de la llamada "escalada de compromiso". Has invertido tanto en tu negocio que sientes que no puedes abandonarlo.

Compras un boleto para ver una banda que ya no te gusta, pero vas de todas formas porque ya pagaste… En el mundo de los negocios esto puede ser peligroso. Cuanto más inviertes en algo que no funciona, más difícil es dejarlo, aunque sea lo más sensato.

3. Aprender a soltar: hay más peces en el mar
Soltar no significa fracasar, sino ser inteligente. Si estás en un crucero que se hunde… ¿te quedarías porque el boleto fue costoso? Claro que no. Lo mismo aplica para los negocios.

A veces, lo mejor es saltar del barco y nadar hacia una nueva oportunidad. Esto no es rendirse, es reorientar tus esfuerzos hacia algo más prometedor.


4. Evalúa y ajusta
Si tu negocio no va como esperabas, ¿qué tal si haces algunos cambios? Esto se llama pivotar: cambiar de estrategia en un juego para ganar.

Tal vez necesitas enfocarte en otro tipo de clientes, cambiar tu producto o ajustar tu estrategia de marketing. Mantén tu mente abierta a nuevas ideas y caminos.

5. La importancia de un Plan B
Siempre es bueno tener un plan B, eso sí, ¡solo uno, como te sugerí en un artículo anterior!

Siempre ten una alternativa, un plan de emergencia. Esto no significa que esperas fracasar, sino que estás preparado para cualquier situación.

6. Cada fracaso, una lección
Cada negocio que no funciona es una oportunidad para aprender. ¡Cuántas marcas enormes de hoy comenzaron tras un fracaso o cuando la cosa iba mal! ¿Quién no conoce al Lego? Primero fueron juguetes de madera…

En los negocios, analiza qué no funcionó y úsalo para mejorar en tu próximo proyecto.

7. Dos cabezas piensan mejor que una
No tengas miedo de pedir ayuda. A veces, un consejo de alguien con experiencia puede abrirte los ojos.

Aprovecha las mentorías, asesorías y redes de otros emprendedores. Ellos pueden darte una perspectiva diferente y valiosa.

¿Por qué insistimos contra toda lógica?

Veamos por qué muchas veces nos empecinamos en un negocio que a todas luces no funciona:

• Para justificar el tiempo y esfuerzo ya invertidos. Si abandonamos, sentimos que "perdimos" todo lo hecho.

• Por apego emocional a la idea original. Nos cuesta desprendernos del plan inicial.

• Para evitar admitir que algo no funcionó. Queremos demostrar que podemos hacerlo funcionar.

• Por miedo a arriesgar con un nuevo camino desconocido. Preferimos lo familiar, aunque no sea óptimo.

• Por creer que con un "último" esfuerzo extra lo lograremos. Pensamos que estamos cerca del éxito.

Claves para salir de la trampa

Si estás en esa situación, anota los siguientes consejos, por tu bolsillo y, sobre todo, por tu salud mental y tus sueños:

• No te aferres más a una idea o plan que no está dando resultados. Sé que es duro, después de tanto esfuerzo, pero a veces es necesario soltar y probar algo nuevo.

• No pasa nada si pivoteas o cambias la estrategia, es parte del camino emprendedor. Lo importante es que aprendas de esta experiencia y no sigas insistiendo en vano.

• Evalúa sin emociones qué funciona y qué no. Escucha sinceramente la retroalimentación de tus clientes o mentores. Y ten el valor de probar un nuevo enfoque.

• Reconocer que algo no resultó y cambiar a tiempo es de sabios. No lo veas como un fracaso, sino como una oportunidad para mejorar.

• Sé flexible, no te aferres al plan original si ves que hay algo mejor.

• ¡Tú puedes salir adelante! Estoy seguro que tomar la decisión correcta te ayudará a dar el siguiente paso.

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