Cómo librarte de los clientes tóxicos
Septiembre 19, 2023
No te lo he contado, pero a veces río para no llorar con cierto tipo de clientes tóxicos. Aquellos que nos hacen mirar al cielo y clamar "¡por qué carrizo me tocó a mí cuando hay 8000 millones de seres en el planeta!".
Sí, ¡yo también los he sufrido! Porque donde levantes una piedra sale uno. Los hay de todo tamaño y grado de toxicidad. Algunos son capaces de arruinarnos el día y otros hasta la reputación, aquellos que no le deseamos ni a nuestro peor enemigo.
Aquí te doy pistas para identificarlos al vuelo. Y, si ya estás bajo su nube tóxica, algunos pasos para librarte de la mejor manera posible.
1. Los que nunca están contentos
¿Conoces a esos clientes que nunca, pero nunca, están contentos? ¡bingo! son los eterno-inconformes. Después de que te felicitó y todo por el "gran diseño", aparece con mil y un cambios como si se hubiera tragado un manual de diseño gráfico en una noche.
Solución paso a paso
• Ponlo por escrito: antes de empezar, dile cuántos cambios están permitidos. Si quiere más, pues que suelte la pasta, amigo.
• Claridad, ante todo: cada vez que algo se acuerde o termine, asegúrate de que ambos lo tienen claro y por escrito. Nada de "es que pensé que..."
• Cobra por partes: un buen depósito al inicio y pagos conforme avance el proyecto.
• Hasta luego, Lucas: si ves que no hay manera de que quede contento, plantea cortar por lo sano. No sin antes asegurarte de que los términos de ruptura están claros para evitar líos legales.
A estos clientes hay que manejarlos con pinzas. Te puede desgastar más que una lija, así que mejor ponles límites desde el minuto uno. De lo contrario, te verás atrapado en un bucle de cambios interminables que te hará dudar de tu cordura.
2. El 24/7… ¿dónde está el botón de "bloquear"?
Este cliente se emparenta con los quisquillosos de la categoría anterior, pero va más allá, pues cree que no tienes vida propia. ¿Tiempo libre? ¿qué es eso? Aquellos que te envían un correo a las 3 de la mañana porque se le ocurrió una "brillante idea".
Solución paso a paso
• Horarios: fija horas de atención.
• Cambios extra, precio extra: si quiere algo fuera del contrato, que lo pague.
• Un no es un no: aprende a decir que no.
3. Los mala paga: ¿factura? ¿qué factura?
¿Conoces a los que de repente se vuelven invisibles cuando toca pagar? ¡aquí los tienes!: Zutana estaba encantadísima con tu trabajo, hasta que le enviaste la factura. No manda ni señales de humo.
Solución paso a paso
• Pago por adelantado: antes de hacer nada, que caiga una parte del dinero en tu cuenta.
• Por escrito, por favor: si Zutana no paga, que quede claro que el proyecto se para.
• Notificaciones: recordatorios amables pero firmes.
• Adiós con el corazón: si sigue sin pagar, envía una notificación final y cierra el proyecto.
4. Los regateadores: mercadillo de pulgas digital
Estos son primos de los mala-paga. Creen que, aunque le presentes tus tarifas, estás en un mercado de pulgas, no en un negocio serio. Me pasó una vez: un cliente quería que una campaña con el 50 % de descuento porque ¡su prima lo hacía más barato!
Solución paso a paso
• Tarifas claras: haz saber desde el inicio cuánto vale tu trabajo.
• Límites, límites, límites. O hasta aquí llegamos.
• No compito con tu prima: explica el valor que ofreces y por qué tu trabajo vale lo que vale.
• ¡Chao!: si sigue regateando, déjalo ir.
5. Cliente tornado: destruye todo a su paso
Va dejando críticas malísimas por donde pasa, da igual si hiciste un buen trabajo. Lo peor, es que le encanta las redes sociales…
Solución paso a paso
• Conversación adulta: intenta arreglar lo que no le gustó.
• Control de daños: responde a las críticas de forma profesional.
• Denuncia si hace falta: las redes sociales permiten denunciar comportamientos tóxicos.
• Ciao, bella: si no cambia, di adiós y centra tu energía en clientes que valgan la pena.
6. Hasta luego, "maestro"
Otro cliente tóxico clásico es el sabelotodo. El que, de repente, sabe más de tu trabajo que tú mismo. Y es que, claro, ha pasado tres horas viendo un tutorial y ahora es todo un experto.
Solución paso a paso
• Mostremos respeto: recuérdale amablemente que tú eres el experto y que por algo te buscó.
• Límites, por favor: establece claramente qué se puede discutir y qué no.
• Pide feedback, pero no órdenes: escuchar al cliente está bien, pero que no te diga cómo hacer tu trabajo.
• Adiós, genio: si sigue pensando que sabe más que tú, sugiérele que siga "investigando".
7. El indeciso eterno: amor de un día
Te hace sentir como la estrella del momento, te llena de entusiasmo, te pide propuestas, bocetos y hasta una presentación digna de un Ted Talk. Pero a la hora de comprometerse y sacar la billetera… "tengo que pensarlo".
Solución paso a paso
• Tiempo es dinero: hazle saber desde el principio que tras la primera consulta, cada paso adicional tiene un coste.
• El gancho: ofrece una primera consulta gratuita o un boceto sencillo como gancho, pero deja claro que, a partir de ahí, se paga.
• Depósito para continuar: si quiere más propuestas o reuniones, pide un depósito que se descontará del precio final si decide seguir adelante.
• Bye, bye: si después de todo esto aún no toma una decisión, deséale suerte.
¿Te han tocado clientes tóxicos? Cuéntame en los comentarios cómo te libraste. Y si lo que deseas es subir al siguiente nivel en TikTok, puedes aprender a utilizar el formato y las tendencias a tu favor, innovar y hacer crecer tu comunidad de manera orgánica con mi
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